Una entrevista de Mario Guada | @elcriticorn
Fotografías: Fernando Frade/CODALARIO.
Es una de las figuras más destacadas en el ámbito del violín barroco en el panorama internacional, lugar en el que se ha posicionado no sin una enorme entrega y merced a una desaforada pasión por el universo del Seicento instrumental, lenguaje en el que se mueve como muy pocos violinistas barrocos de la actualidad. Leonor de Lera, madrileña de adopción y con raíces francesas, nos habla con sinceridad en esta entrevista sobre su dedicación plena a la música instrumental italiana del siglo XVII, su formación, cómo ve el mundo de la interpretación en la actualidad, su posicionamiento en el mismo y, sobre todo, de su trabajo al frente de L’Estro d’Orfeo, conjunto que fundó hace ya seis años para desentrañar los misterios de estos repertorios y sobrevolar el arte de las disminuciones, un enfoque interpretativo que le interesa de forma especial…
Usted, como buena parte de los músicos de su generación, comenzó a estudiar un instrumento moderno, en este caso el violín. ¿Cómo se fue acercando hacia el violín barroco? ¿Qué fue lo que le atrajo de este mismo, pero en el fondo muy distinto, instrumento?
Cuando llegué a Londres, ciudad en la que acudí a estudiar mi instrumento en la Guildhall School of Music and Drama, tuve la oportunidad –como siempre le ofrecen a todo instrumentista– de empezar a estudiar un segundo instrumento, que en realidad puede ser cualquiera: canto, otro instrumento, incluso música electrónica. La escuela ofrecía media hora de clase a la semana con esa alternativa, al menos para que los alumnos tengan la opción de descubrir algo más allá de su propio instrumento. En ese momento pensé que probar un acercamiento al violín barroco sería lo mejor, porque había oído que había allí una profesora muy buena, que no era otra que Rachel Podger…